Momias del mundo, una de las exhibiciones de museos itinerantes más populares de América del Norte, llegó al Museo de Ciencias Naturales de Houston, llevando a los visitantes más allá de los faraones y las pirámides y adentrándose en la rica historia de algunas de las momias más interesantes del mundo.
Tomemos, por ejemplo, un trío conocido como Vac Mummies. Los restos momificados de Michael, Veronica y Johannes Orlovits, que datan del siglo XVIII, fueron descubiertos en 1994, cuando los trabajos de construcción en la iglesia dominicana de Vac, Hungría, revelaron una cripta olvidada con 265 cuerpos.
A diferencia de los antiguos egipcios que fueron momificados intencionalmente, las momias Vac se momifican naturalmente, debido a las condiciones frescas y secas de la cripta y las propiedades antibacterianas de los aceites que se encuentran en las tablas de pino utilizadas para construir sus ataúdes.
Con la ayuda de los registros de la iglesia, los antropólogos han podido reconstruir la historia de la familia Orlovits: Michael, un molinero, era el cabeza de familia y murió de tuberculosis cuando tenía 41 años. Su esposa, Verónica, murió a los 37 años, también por complicaciones relacionadas con la tuberculosis. Su tercer hijo, Johannes, murió inesperadamente en 1800, cuando tenía menos de un año, tras sufrir tuberculosis y disentería.
“Lo bueno de esta historia es que, esta tuberculosis, [los científicos] pueden extraerla y observar cómo ha evolucionado la cepa de la tuberculosis del siglo XIX a la tuberculosis actual”, explica James Schanandore, experto en momias y profesor asociado de la Universidad de Wisconsin-La Crosse. “Estas momias tienen implicaciones importantes en la medicina moderna actual”.